Diciembre: Giovanni Gheddo y Rosa Franzi, siervos de Dios

En apenas seis años de matrimonio y con una vida corriente permeada de la alegre sencillez que da la fe, Giovanni Gheddo y Rosa (Rosetta) Franzi demostraron que es posible y necesariovivir la entrega total de sí en la cotidianidad de la vida matrimonial. Se casaron en 1928, con el sueño de tener una gran familia; él contaba con 28 años de edad y ella con 25. Ansiaban vivamente poder entregar a alguno de sus hijos al Señor como sacerdote o consagrada, y así sucedió: tuvieron seis hijos, de los cuales el mayor, Piero, ha sido sacerdote misionero. Tras él, nació Francesco y después Mario. Tras esto, Rosa quedó nuevamente embarazada, sufriendo un aborto espontáneo. Finalmente, el matrimonio concibió gemelos que murieron en el parto, junto con la propia Rosa, víctima de septicemia.

Originaria del pueblo de Crova (Vercelli, Italia), Rosa Franzi (apodada con cariño Rosetta por los suyos) Franzi destacó como maestra primero, y después como esposa y madre de familia. Casada con Giovanni, formaron un hogar en Tronzano, donde participaron activamente en la Acción Católica. Rosetta, según su hijo Piero Gheddo, expresó su santidad a través de su amor incondicional hacia su esposo y sus tres hijos. Además de su profunda religiosidad, era caritativa con los pobres, enseñando a aquellos que no habían tenido acceso a la educación durante la noche y atendiendo gratuitamente la guardería en Crova durante su adolescencia. Sus vecinos admiraban de ella la capacidad de hablar bien de todos, huyendo de los chismes. Su caridad no se limitaba a proporcionar ayuda a los pobres, sino que destacó por acoger a quienes eran rechazados: así sucedió con una muchacha del pueblo que había sido madre soltera, y que a pesar del rechazo de muchos, gracias a Rosetta logró salir adelante, encontrar un medio de vida y frecuentar la parroquia.

Como esposa y madre, dedicó sus seis años de matrimonio al servicio de la vida, dando a luz a Piero, Francesco y Mario, e igualmente al bebé que perdieron y a los gemelos prematuros fallecidos. Tenía apenas 31 años cuando murió en el parto de estos últimos. La Misa de sufragio por su alma fue celebrada por el sacerdote de su pueblo natal con ornamentos blancos, declarando a los fieles: «He sido el párroco y el confesor de Rosetta. Era un ángel y ya está en el Paraíso. No celebramos la Misa de difunto, sino que cantamos la Misa de los Ángeles».

Por su parte, Giovanni Gheddo ha sido descrito como un hombre de gran bondad y profunda caridad. Nacido en Viancino, fue también activo en la Acción Católica italiana. Lo conocían como “el delineante de los pobres”, porque cuando en su trabajo encontraba a alguien que no podía pagarle, hacía el trabajo con igual tesón renunciando a su retribución. Además, hacía frecuentes sacrificios y ayunos. Era apreciado por la autoridad moral y religiosa que había obtenido como conciliador en el pueblo, ya que lograba la reconciliación de las familias. De hecho, en casa de los Gheddo se respiraba, tal y como cuentan sus propios hijos “una alegre atmósfera de fe y de oración”, rezando el matrimonio junto con los niños el Rosario alrededor de la mesa y por la noche orando con ellos ante una imagen de la Virgen con el Niño.

Giovanni, que enviudó con tres pequeños a su cargo, nunca volvió a casarse. Fue siempre un padre ejemplar, que acudía con sus hijos a Misa diariamente, jugaba con ellos y les hablaba de Dios. En 1941 fue llamado a la guerra; a causa de su fe y su negativa a militar en el partido fascista, le negaron acogerse a la exención que podría haber recibido por su situación familiar. Fue enviado al frente en la Unión Soviética. Su heroico testimonio, recogido en las cartas recopiladas por su hijo, alcanzó su culmen el 17 de diciembre de 1942 cuando, ante el avance de las tropas rusas, se ordenó la retirada a todas las tropas, dejando a cargo de los heridos en el campo de batalla a un joven oficial. Giovanni se quedó junto a los heridos para cuidar de ellos, instando al hombre a escapar. Murió allí mismo, a los 42 años. Terminada la guerra, el joven oficial buscó a los hijos de Giovanni para contarles cómo su padre le había salvado la vida.

Su causa de beatificación se abrió en 2006, cuando ambos fueron proclamados “siervos de Dios”.

Imágenes: © 2018 by Archivio Storico delle Figlie di Maria Ausiliatrice, Ispettoria Piemontese "Maria Ausiliatrice" IPI

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