El Instituto JP2 participa junto a la UCAM en el Jubileo del Mundo Educativo

Miembros de la comunidad educativa del Pontificio Instituto Teológico Juan Pablo II en su sección de Madrid han peregrinado, como parte de la familia universitaria de la Universidad Católica San Antonio de Murcia (UCAM) a Roma para tomar parte en el Jubileo del Mundo Educativo. El acto central del mismo fue la celebración de la Santa Misa presidida por el Papa León XIV en la Solemnidad de Todos los Santos, que tuvo lugar en la mañana del 1 de noviembre congregando en la Plaza de San Pedro a miles de personas vinculadas al mundo de la educación.

El grupo asistió a la solemne Eucaristía presidida por el Santo Padre, en cuyo marco se produjo la proclamación de san John Henry Newman como Doctor de la Iglesia. El pontífice señaló en su homilía la relevancia de la figura del cardenal inglés: «La imponente estatura cultural y espiritual de Newman servirá de inspiración a las nuevas generaciones, con un corazón sediento de infinito, dispuestas a realizar, por medio de la investigación y del conocimiento, aquel viaje que, como decían los antiguos, nos hace pasar per aspera ad astra, es decir, a través de las dificultades, hasta las estrellas».​ A este respecto, recordó la vocación a la santidad que llama a cada cristiano a “brillar”, especialmente en el mundo educativo. León XIV afirmó: «Cuando pienso en las escuelas y en las universidades, las considero como laboratorios de profecía, en donde la esperanza se vive, se manifiesta y se propone continuamente».

El Papa destacó también, a la luz del Evangelio proclamado, que «Las Bienaventuranzas, sin embargo, no son una enseñanza más, son la enseñanza por excelencia. Del mismo modo, el Señor Jesús no es uno entre tantos maestros, sino el Maestro por excelencia. Más aún, es el Educador por excelencia. Nosotros, sus discípulos, estamos en su escuela, aprendiendo a descubrir en su vida, es decir, en el camino que Él recorrió, un horizonte de sentido capaz de iluminar todas las formas de conocimiento. ¡Ojalá que nuestras escuelas y universidades sean siempre lugares de escucha y de práctica del Evangelio!».

En línea con la misión que inspira nuestra actividad como Instituto Pontificio, León XIV afirmó, citando al nuevo Doctor de la Iglesia:

«Dios —escribía [san John Henry Newman]—me ha creado para hacerle algún servicio definido. Me ha encomendado alguna obra que no ha dado a otro. Tengo mi misión. Nunca podré conocerla en esta vida, pero me será revelada en la otra». En estas palabras encontramos expresado de manera espléndida el misterio de la dignidad de cada persona humana y también el de la variedad de los dones distribuidos por Dios.

La vida se ilumina no porque seamos ricos, bellos o poderosos. Se ilumina cuando uno descubre en su interior esta verdad: Dios me ha llamado, tengo una vocación, tengo una misión, mi vida sirve para algo más grande que yo mismo. Cada criatura tiene un papel que desempeñar. La contribución que cada uno tiene para ofrecer es de un valor único, y la tarea de las comunidades educativas es alentar y valorar esa contribución. No lo olvidemos: en el centro de los itinerarios educativos no deben estar individuos abstractos, sino personas de carne y hueso, especialmente aquellas que parecen no producir, según los parámetros de una economía que excluye y mata. Estamos llamados a formar personas, para que brillen como estrellas en su plena dignidad.

La homilía del sucesor de Pedro concluyó con una palabra de aliento a todo el mundo educativo: «Rezo para que la educación católica ayude a cada uno a descubrir su vocación a la santidad. San Agustín, a quien san John Henry Newman apreciaba tanto, dijo una vez que somos compañeros de escuela que tienen un sólo maestro, cuya escuela y cátedra están en la tierra y en el cielo respectivamente».​

Leer la homilía completa de León XIV

Al término de la celebración, el Santo Padre recorrió la Plaza de San Pedro, donde saludó al grupo de la UCAM. Durante la propia tarde del sábado, los participantes en la peregrinación procesionaron, precedidos por la Cruz del Jubileo, hacia la basílica de San Pedro para cruzar la Puerta Santa y obtener así la indulgencia plenaria, profesando la fe ante la tumba del apóstol.

Por último, en la jornada del domingo, la delegación celebró la Santa Misa en la basílica de Santa Práxedes, visitando después el templo jubilar de Santa María Mayor y rezando ante la tumba del Papa Francisco. Durante la peregrinación se compartieron también momentos de oración, turismo cultural y convivencia, para regresar con un renovado compromiso de servicio a las familias y de promoción de la formación católica.

 

Foto de familia del grupo de la Fundación Universitaria San Antonio, Fundación Alma Mater de Colegios Católicos y Pontificio Instituto Teológico Juan Pablo II para las Ciencias del Matrimonio y la Familia (Madrid).

 
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