Diez años de pontificado de Francisco: ¡felicidades, Santo Padre!
Pocos minutos después de las siete de la tarde, la romana Plaza de San Pedro fue escenario de los primeros gritos de alegría, aplausos y gestos de expectación: ¡Habemus papam! Era el 13 de marzo de 2013, y había comenzado a salir un leve humo blanco por la pequeña chimenea de la Capilla Sixtina, que no habría tenido mayor relevancia si los ojos del mundo no estuviesen clavados en ella. El 28 de febrero, con la renuncia de Benedicto XVI, la sede petrina había quedado vacante y el día anterior, 12 de marzo, se había reunido solemnemente el colegio cardenalicio para que los cardenales electores eligiesen al nuevo pontífice. La quinta votación, ya el día 13 de marzo, dio como resultado la elección de un nuevo sucesor de Pedro: el no tan conocido cardenal argentino Jorge Mario Bergoglio, argentino y único jesuita presente en el cónclave. De hecho, ha sido el primer Papa latinoamericano y el primer jesuita en subir a la cátedra de San Pedro en los más de dos mil años de Historia de la Iglesia.
Esta era solo la primera de las sorpresas que el fecundo pontificado de Francisco traería a la Iglesia y al mundo. Habiendo asumido el reto de responder a los desafíos de la Iglesia y del mundo, el nuevo Papa marcó claramente el rumbo de sencillez que impregnaría su pontificado en sus primeras decisiones: su interés por residir en Casa Santa Marta en lugar del Palacio Apostólico para estar en contacto con las personas, la especial inclinación hacia los pobres y marginados como corazón de la acción evangélica presente desde sus primeros discursos, su compromiso de diálogo con otras religiones y su voluntad de reformar la curia romana, algo que hasta la fecha se ha visto reflejado en el ámbito de la economía y las finanzas, la administración, los tribunales eclesiásticos y la relevancia que ha dado a las comunicaciones sociales, el laicado y la familia, potenciando el papel de mujeres excepcionales en puestos de responsabilidad.
Su búsqueda de la transparencia, de la coherencia cristiana y de una comunicación eficaz, la lucha por los migrantes y la protección de los menores, su interés por anunciar la infinita misericordia de Dios ante el sufrimiento y las heridas de tantas personas y familias han marcado su predicación y su misión, enfocada a las “periferias”, como atestiguan sus 40 viajes apostólicos y su incansable celo por escuchar y salir al encuentro de toda persona. Primero en luchar contra la “cultura del descarte” y la “globalización de la indiferencia”, sus visitas a Lampedusa o a Lesbos han resonado por todo el mundo, así como su empeño por acoger, proteger, promover e integrantes a migrantes y refugiados y sus gestos concretos de amparo a no pocos de ellos en el propio Vaticano. También durante la crisis producida por la pandemia mundial del Covid-19, sus palabras y la histórica bendición Urbi et orbi impartida al mundo entero desde una solitaria plaza de San Pedro, fueron de enorme aliento para millones de corazones abatidos por el peso de la enfermedad, la incertidumbre y la precariedad.
Su compromiso por la paz, reflejado en la encíclica Fratelli tutti, se ha traducido en exhortaciones continuas por la paz, más acuciantes cuanto mayores han sido los conflictos en todo el mundo, denunciando toda violación de los Derechos Humanos, desde Tierra Santa hasta Nicaragua pasando por Siria, Sudán o Nigeria, y rogando insistentemente por la paz en el conflicto ucraniano.
La Jornada Mundial de la Juventud de 2013 en Rio de Janeiro fue el primer gran encuentro mundial con todos los jóvenes, a los que animó con gran carisma a ser auténticos mensajeros del Evangelio: “Quiero lío en las diócesis, quiero que se salga afuera, quiero que la Iglesia salga a la calle, quiero que nos defendamos de todo lo que sea mundanidad, de lo que sea instalación, de lo que sea comodidad, de lo que sea clericalismo, de lo que sea estar encerrados en nosotros mismos, las parroquias, los colegios, las instituciones son para salir, si no salen se convierten en una ONG ¡y la Iglesia no puede ser una ONG!”
El Papa instauró en 2015, a la luz de la publicación de su encíclica Laudato Si’, la Jornada Mundial de Oración por el Cuidado de la Creación, que sirvió además como marco para exhortar al ecumenismo y al diálogo interreligioso para llamar a una unidad en el cuidado de la casa común y la erradicación de la miseria ante el desigual acceso a los recursos del planeta. Son numerosos los documentos en los que Francisco ha buscado promover la unidad entre los cristianos, el ecumenismo y el diálogo interreligioso, como el de la Fraternidad Humana para la Paz Mundial y la Convivencia Común durante su viaje apostólico a los Emiratos Árabes Unidos en 2019. Pero todavía más significativos han sido sus actos en este sentido: la peregrinación ecuménica por la paz a Sudán del Sur, sus citas anuales en Asís para orar por la paz junto con representantes de distintas religiones y tantos eventos que, aun con frágil salud en algunas ocasiones, ha acometido con imparable espíritu de escucha y diálogo.
Esta misma necesidad de brindar consuelo a tantas personas heridas por la historia y por el mal haciéndoles descubrir la ternura y el perdón de Dios le llevó a proclamar un Jubileo Extraordinario de la Misericordia en 2016, cuyos frutos permanecen.
Con gran valentía ha abordado la crisis de los abusos sexuales y de autoridad por parte de miembros del clero. En febrero de 2019 convocó una cumbre en el Vaticano para abordar directamente esta lacra, y estableció nuevos procedimientos para denunciar y ayudar a sanar heridas.
Ha canonizado a Juan XXIII y a Juan Pablo II, que fundó nuestro Instituto, así como a Pablo VI. Habiendo beatificado a Juan Pablo I, es imposible no recordar su fuerte vínculo de respeto y admiración hacia su predecesor inmediato, el recientemente fallecido Benedicto XVI.
Además, su interés por el cuidado de la familia y de la vida ha sido un eje primordial en estos diez años de pontificado, siendo recurrente en su magisterio. Habiendo convocado sendos sínodos en 2014 y 2015, que se sellaron con la preciosa encíclica Amor Laetitia, el Papa Francisco ha defendido siempre la alegría del matrimonio y la necesidad de ayudar a las familias, célula básica de la sociedad y reflejo de la comunión trinitaria. Con una especial intuición para enriquecer los estudios sobre matrimonio y familia con la inestimable aportación de las ciencias humanas, reformó nuestro Pontificio Instituto Juan Pablo II introduciendo una mirada enriquecida a la teología.
En este aspecto incide el comunicado que, con ocasión del aniversario del Papa, ha lanzado el Pontificio Instituto Juan Pablo II en su sede central de Roma y que reproducimos a continuación:
El 13 de marzo de 2023 se cumplirán 10 años de la llegada al pontificado de Jorge Mario Bergoglio.
Sucesor de Juan Pablo II y Benedicto XVI, que habían participado en el Concilio Vaticano II como obispos o expertos, Francisco es su heredero. Al interior del CELAM, fue protagonista de la recepción conciliar en el episcopado latinoamericano, comprometido con el pueblo de Dios en un largo proceso de conversión y evangelización. En retrospectiva, se puede comprender mejor la dinámica de este proceso.
La atención a las realidades concretas que afectan a los más pobres prolonga el gesto de Dios realizado en la encarnación del Hijo unigénito: los discípulos misioneros están llamados a “salir” para difundir la buena noticia de la misericordia del Padre, siguiendo a Cristo muerto y resucitado. Primer Pontífice que eligió el nombre del joven rico que se convirtió en el pobre de Asís, Francisco nunca ha dejado de orientar nuestra mirada hacia las periferias existenciales donde se manifiesta la acción salvífica de la gracia de Dios.
Nacido de la intuición de San Juan Pablo II, que concibió el proyecto original de una facultad especializada de teología, implantada en las diversas culturas, nuestro Pontificio Instituto recibió un nuevo impulso del Papa Francisco a raíz de un nuevo Sínodo sobre la familia. A través de la Carta Apostólica Summa familiae cura de 2017, se nos confió la misión de producir una teología en diálogo con las demás ciencias para permitir a las Iglesias locales acompañar mejor a las familias, especialmente a las que sufren heridas, y acompañarlas garantizando la valorización de los recursos de sus culturas renovadas por la luz del Evangelio.
En contacto diario con los estudiantes que han venido a Roma desde más de 40 países y con las autoridades académicas de nuestras 10 secciones y centros asociados, he podido comprobar la fecundidad de esta orientación.
En la audiencia concedida al Instituto el pasado 24 de octubre de 2022, el Papa Francisco tocó el corazón y la mente de nuestros alumnos invitándoles a estudiar no sólo la dinámica conyugal del matrimonio, sino también el amor que se desarrolla entre hermanos, entre generaciones, en la familia extensa y en las relaciones de proximidad social. Al hacerlo, les ha dado el impulso de escribir tesis y disertaciones que parten de lo concreto y estimulan la acción.
Este enfoque latinoamericano alcanza también África y Asia, donde la familia extensa apoya a las personas en las vicisitudes de la vida. Ofrece nuevas perspectivas a las Iglesias occidentales. Tomar en serio las competencias de las familias para construir sociedades más fraternas responde a las urgencias de nuestro tiempo, tal como Francisco las expresa en sus dos encíclicas sociales, Laudato si’ y Fratelli tutti.
Una década no se celebra en un día; se necesita al menos un año para tomar conciencia de lo que hemos recibido del Papa Francisco, dar gracias y continuar el camino. Por eso, al inicio de este curso académico, pedimos al profesor Richard Gaillardetz, del Boston College, que diera la “lectio inauguralis”, y que destacara los desafíos eclesiológicos del pontificado de Francisco. Él nos ha mostrado cómo la sinodalidad forma parte de un proceso de nueva recepción del Concilio Vaticano II.
Este artículo al que nos referimos estará pronto disponible en nuestra revista Anthropotes y accesible en formato de libro electrónico en esta dirección: https://riviste.gruppostudium.it/anthropotes/archivio.
También se publicará en inglés en el número de marzo de 2023 de la revista Theological Studies. Para continuar esta promoción internacional de las semillas producidas por el pontificado de Francisco, organizaremos un coloquio en línea los días 25 y 26 de mayo de 2023, en colaboración con la Facultad de Teología de la Pontificia Universidad Católica de Río de Janeiro, la COCTI (Conferencia de Instituciones Teológicas Católicas) y el CELAM, sobre la Alegría y la Fraternidad como nuevos lugares teológicos.
¡10 años ya! Mientras la Iglesia universal prosigue su camino “Hacia una Iglesia sinodal” a través de los encuentros continentales, pedimos al Señor que mantenga al Papa Francisco en la alegría y la claridad a la cabeza de Pedro.
Philippe Bordeyne
Preside
Finalizamos esta publicación especial sobre el aniversario de pontificado del Papa Francisco con una serie de vídeos producidos por el Dicasterio para la Comunicación de la Santa Sede donde se condensan en apenas 1 minuto los principales hitos de cada uno de estos años de papado.
¡Felicidades, Santo Padre!