Dies Academicus 2024 en Roma y audiencia del Papa Francisco
El Dies Academicus, el acto con el cual se inaugura solemnemente el año académico 2024-2025, tuvo lugar el pasado viernes 22 de noviembre en la sede central del Pontificio Instituto Teológico Juan Pablo II en Roma, en una fecha un poco tardía con respecto a años anteriores debido a la participación de las autoridades académicas en el Sínodo de la Sinodalidad.
La ceremonia se inauguró a las 11:00 en el auditorio del Instituto con la tradicional oración del Veni Creator, seguida del discurso del Preside, mons. Philippe Bordeyne. En su intervención, el Preside repasó las iniciativas y actividades del Instituto y destacó el papel fundamental del Pontificio Instituto Juan Pablo II en el avance de la teología y la investigación sobre la familia. Subrayó la importancia de un enfoque académico internacional y colaborativo, señalando las recientes asociaciones con universidades públicas y centros de investigación con el trasfondo del camino sinodal. Asimismo, adelantó que durante este curso académico se profundizará en el diálogo con los diversos contextos de los que proceden los estudiantes y en los cuales deberán desempeñar su misión evangelizadora: el reconocimiento de la profundidad histórica y cultural de Asia, los retos que presenta el cambio epocal de la Europa secularizada tras la caída del Muro de Berlín, y la acción misionera al servicio de los pobres en América Latina. Además, mons. Bordeyne enfatizó la necesidad del diálogo entre instituciones educativas y sanitarias, el compromiso con la justicia social y el respeto a nuestra casa común centran este triple diálogo al servicio de la comunión en la diversidad dentro de la Iglesia, fructificando en la fe. Se puede leer el discurso completo en italiano en este enlace.
Tras un interludio musical, comenzó la lección magistral del P. Philippe Lefebvre, catedrático de Exégesis del Antiguo Testamento en la Universidad de Friburgo (Suiza), bajo el título Femmes et hommes dans la Bible: ouvrir le champ desposibles. Parcours dans l’Ancien et le Nouveau Testaments; en español: “Mujeres y hombres en la Biblia: abrir el campo de las posibilidades. Recorrido por el Antiguo y el Nuevo Testamento”. La mañana se cerró con la entrega de premios del Curso Académico 2023-2024.
Por otra parte, el lunes 25 de noviembre, el Santo Padre recibió en la Sala Clementina del Palacio Apostólico a la comunidad educativa del Pontificio Instituto Teológico Juan Pablo II en todas sus sedes alrededor del mundo. Dña. María Dolores García Mascarell, Presidenta de la Universidad Católica San Antonio de Murcia (entidad encargada del sostenimiento económico y gestión de nuestra sede extraurbana de Madrid), se encontraba presente, así como dos profesores integrantes del claustro docente.
Tras un cálido recibimiento por parte de los asistentes a la audiencia, el Papa Francisco, al inicio del año académico en el Pontificio Instituto Juan Pablo II, destacó la importancia de la familia en la misión de la Iglesia, subrayando que es el «lugar privilegiado para aprender y experimentar las prácticas esenciales de una Iglesia sinodal», conforme recoge el Documento final de la XVI Asamblea del Sínodo (§35). Hizo hincapié en que las familias deben ser «sujetos» de la pastoral, no solo «destinatarios», y responsables del «compromiso en la sociedad», denunciando las injusticias de aquellos países cuyas autoridades no respetan la libertad y la dignidad, especialmente de las mujeres. El Papa también resaltó el sacramento del matrimonio como un signo de alegría:
En particular, el sacramento del Matrimonio es como el vino bueno que se sirve en las bodas de Caná (cf. Jn 2,1-12). A este respecto, recordemos que las primeras comunidades cristianas se desarrollaron en forma doméstica, ampliando núcleos familiares con la acogida de nuevos creyentes, y se reunían en las casas. Como morada abierta y acogedora, desde el principio la Iglesia se preocupó para que ningún vínculo económico o social impidiera vivir el seguimiento de Jesús. Entrar en la Iglesia significa siempre inaugurar una fraternidad nueva, fundada en el Bautismo, que abraza al extranjero e incluso al enemigo.
El sucesor de Pedro enfatizó la importancia de la inclusión y acogida en la Iglesia, especialmente para aquellos que atraviesan dificultades en su camino de fe, resaltando que la Iglesia debe abrir sus puertas a todos, sin exclusión, y promover la unidad en medio de los desafíos culturales. Mencionando el abundante magisterio de sus predecesores, el Papa Francisco resaltó que «los desafíos, problemas y esperanzas que hoy afectan al matrimonio y la familia se inscriben en la relación entre la Iglesia y la cultura», motivo por el cual es necesario trabajar la capacidad de respuesta a los mismos para cumplir plenamente con la misión evangelizadora que compromete a cada cristiano. Finalmente, instó a los integrantes del Instituto a seguir promoviendo el conocimiento crítico sobre la familia y el matrimonio, contribuyendo a una cultura de la vida.











