Septiembre: beata Amalia Abad Casasempere

Entre los miles de mártires de la Guerra Civil española se encuentran fieles de toda edad y condición: sacerdotes, religiosos, religiosas, laicos y laicas solteros, casados o viudos. Este es el caso de Amalia Abad, madre de familia que, habiendo vivido la vocación matrimonial, en su viudez cultivó el amor a Jesús en su familia y en su entorno hasta el extremo de ser asesinada por la fe.

El 11 de diciembre de 1897 nace Amalia en la localidad de Alcoy, provincia de Alicante (España). Con poco más de 23 años, en 1921, contrae matrimonio con Luis Maestre Vidal, de origen valenciano, aguerrido capitán del Ejército. Juntos formaron una hermosa familia, engendrando a tres hijas: María, Luisa y otro bebé que falleció al nacer. Su casa, llena de alegría y devoción, se volcó en diversas asociaciones de apostolado y especialmente con Acción Católica. Después de solo 3 años de matrimonio, Amalia enviudó: Luis, que había sido enviado a la guerra del Rif, murió en el frente durante la batalla de Annual, que ocasionó la muerte de más de diez mil soldados españoles en la localidad marroquí.

Este suceso impacta fuertemente a la familia, y desgarra especialmente el corazón de Amalia, que encuentra en la fe el consuelo. Dedicada a su familia, se entrega al cuidado de su padre y a la educación de sus hijas. Activa en la rama femenina de Acción Católica y en otras como la organización Madres Católicas, Marías de los Sagrarios, Conferencias de Paúl o la Cofradía de Nuestra Señora del Carmen, Amalia se dedicó a la formación de jóvenes y la organización de ejercicios y retiros espirituales. Con casi 38 años, se aventuró a iniciar estudios de bachillerato con el fin de obtener la titulación de comadrona. Su motivación era ayudar a que murieran sin bautizar el menor número de niños posible.

Sin embargo, habiendo estallado la Guerra Civil en España, Amalia fue apresada el 21 de septiembre de 1936. Su “delito”: haber acogido en casa a dos religiosas y haber visitado a los católicos encarcelados para proveerles de sustento y de consuelo espiritual, alentándoles a mantener viva la fe. Conducida a un colegio, fue sometida a malos tratos y privada de alimento, sin que su familia tuviera noticias de ella hasta que días después fueron notificados de que se la trasladaría a Valencia para declarar.

El proceso fue rápido. El 26 de septiembre de 1936, Amalia es asesinada en Benillup, provincia de Alicante) de un disparo en la cabeza, dejando su cuerpo en una cuneta. Tenía 38 años.

En 1939 sus restos mortales se depositaron en el cementerio de San Fabián de su Alcoy natal, y en 1957 se trasladaron a la iglesia de San Mauro y san Francisco de la misma localidad. Fue beatificada el 11 de marzo de 2001 por san Juan Pablo II junto a otros 232 mártires de la Guerra Civil española.

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