Febrero: beato Vicente Vilar David

Vicente nació el 28 de junio de 1889 en el seno de una familia católica de Manises (Valencia). Siendo el menor de ocho hermanos, fue bautizado al día siguiente por el primo de su madre, el sacerdote Nicolás David, en la iglesia parroquial de San Juan Bautista. Habiendo recibido en el hogar una sólida educación en las virtudes católicas, se formó en su pueblo natal; de esta etapa de su vida destaca el papel de su maestro, Buenaventura Guillem, que le ayudó a forjar una personalidad fuertemente cimentada en el humanismo cristiano. Tras cursar la enseñanza secundaria con los escolapios de Valencia, se traslada a la Escuela Superior de Barcelona para estudiar Ingeniería Industrial. Durante los años en la ciudad condal y apoyado por un jesuita que le acompañó espiritualmente, desarrolló un intenso apostolado seglar.

Regresó a Manises y comenzó a trabajar en la empresa familiar de cerámica. El 20 de noviembre de 1922, a la edad de 33 años, contrae matrimonio en la parroquia de la Asunción de Nuestra Señora de Cocentaina con Isabel Rodes Reig, en cuya fe había encontrado una razón más para entregarse a la caridad y al servicio y asistencia a los pobres. Isabel será, hasta el final de su vida, no solo testigo sino pilar de su incansable entrega.

Tras la muerte de su padre, asume la dirección de la empresa de cerámica “Hijos de Justo Vilar”. Sin embargo, no ejerció el mando de forma autoritaria; antes bien, trabajaba como uno más de los operarios, con esfuerzo, dedicación y creatividad para hacer crecer la industria. Durante este tiempo fue conocido por su gran labor social y su mediación fundamental para conciliar las relaciones laborales siempre haciendo primar la paz. Implantó un seguro de enfermedad y vejez para los trabajadores e invirtió en su formación a través de una escuela de cerámica. Esto le provocó la rabia de algunos de sus convecinos, pero también el gran cariño de sus operarios. Vicente abogaba siempre por el diálogo para llegar a acuerdos. Participó en el diseño del emplazamiento de los solares para la construcción del aeropuerto de Valencia y ayudó a la construcción del Sanatorio para leprosos de Fontilles (Alicante).

Al mismo tiempo, era catequista de niños y jóvenes desfavorecidos, y participó de varias asociaciones eucarísticas, como al Cofradía del Santísimo Sacramento y la Adoración Nocturna, además de colaborar incondicionalmente con su párroco y con grupos de estudio de jóvenes católicos. Ocupó la vicepresidencia del Ayuntamiento tras el golpe de Estado que en 1923 dio Primo de Rivera, si bien no se le conoció afiliación política. Con la llegada de la República en 1931, promovió la fundación del Patronato de Acción Social, preocupado de la conservación de la educación católica ante el creciente laicismo y la expansión del odio religioso.

En 1936 comienza la Guerra Civil. Ese mismo año, las tropas comunistas toman Valencia y el hogar de Vicente e Isabel se convierte en refugio de sacerdotes y religiosos. Desatada la fiebre anticlerical, ambos vieron la necesidad de preservar a los pastores del peligro. También fue fundamental la colaboración del matrimonio para conservar los objetos religiosos de valor y ajuar litúrgico de la parroquia de Manises, que fue incendiada por las turbas anticlericales el 28 de julio de 1936. Siendo conocida su condición de católico, en agosto de ese mismo año fue destituido como secretario y profesor de la escuela de cerámica.

El 14 de febrero de 1937, Vicente fue detenido. Interrogado por el tribunal, defendió su fe, afirmando que era su mayor título. Ante el fatal desenlace que se auguraba, algunos de sus trabajadores trataron por todos los medios de interceder por él y de liberarlo, pero, consciente de la importancia del testimonio de fe en el difícil momento que atravesaba España, no se resistió a la muerte inminente. Dispuesto al martirio, se consideraba indigno de él, pero continuó amando y haciendo el bien hasta el momento final, incluso a sus perseguidores. Murió esa misma noche disparado en la calle, perdonando a sus asesinos.

Sus restos se conservan en la iglesia parroquial de San Juan Bautista de Manises. Vicente fue beatificado por san Juan Pablo II el 1 de octubre de 1995, siendo el primer laico mártir beatificado de la Guerra Civil española.

San Juan Pablo II dijo en la homilía de la beatificación de Vicente Vilar:

La oración y su gran devoción a la Eucaristía nutrieron toda su vida, de modo que su trabajo llevaba la impronta de la presencia de Dios.

El estado matrimonial, el ejercicio de la profesión, las actividades que son propias de los seglares son caminos que conducen a la santidad si son vividos con sinceridad y entrega evangélica, como exigencias del bautismo.

Imagen de la beatificación del beato Vicente (a la derecha). Extraída de: http://manisesonline.blogspot.com/2010/11/biografies-de-manisers-ilustres-vicente.html

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